Comunicado a la opinión pública
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Comprometidos con la Salud de nuestra mujeres colombianas
Dados los acontecimientos recientes y el reinante ámbito de desinformación en el que se desarrollan algunos eventos que tocan directamente la salud de nuestras mujeres, queremos, desde las asociaciones médicas aclarar algunos aspectos fundamentales sobre el CÁNCER DE CUELLO UTERINO, SU DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO.
El cáncer de cuello uterino es la cuarta causa de tumor maligno y de muerte en mujeres en el mundo, pero en Colombia es la segunda, y si consideramos la franja de mujeres entre 15 y 44 años de edad, es la primera causa. Al año se identifican en el mundo cerca de 530000 nuevas pacientes con cáncer de cérvix y 270000 fallecen como consecuencia de esta enfermedad; de los casos nuevos, 5000 se presentan en Colombia, donde el cáncer cervical cobra la vida de por lo menos 2000 mujeres al año. Semanalmente fallecen 40 colombianas por cáncer de cuello uterino.
El Virus del Papiloma Humano es el agente responsable de la enfermedad, pero por si solo, no es suficiente para generar el cáncer; tener VPH no significa tener cáncer, ni tampoco implica la progresión automática hacia la enfermedad.
El Virus del Papiloma Humano (VPH) puede generar lesiones precancerosas y cáncer en cuello uterino, vagina, vulva, ano, pene, boca y garganta. Los tipos 16 y 18 causan alrededor del 70% del cáncer de cuello uterino. Actualmente existen vacunas disponibles para prevenir la infección por VPH tipo 16 y 18; la Organización Mundial de la Salud emitió en junio de 2017 un pronunciamiento sobre seguridad y recomendaciones de vacunación contra el VPH, que se encuentra disponible para consulta en su página. En Colombia la vacuna cuenta con la aprobación del ente regulador, que es el INVIMA.
El cáncer cervical, antes de convertirse en un tumor infiltrante, es precedido por lesiones preinvasoras, denominadas Lesiones Intraepiteliales de Alto Grado (LIE AG), que agrupan el NIC 2 y NIC 3. Estas lesiones son curables, evitando que se transformen en cáncer, si se identifican oportunamente; el tratamiento de estas lesiones no altera la fertilidad futura de la paciente ni produce alteraciones significativas en la anatomía del útero. Para precisar, el útero o “matríz” es el órgano reproductor formado por un cuerpo o parte proximal, de tamaño suficiente para albergar el feto durante el embarazo, y el cérvix o cuello uterino, comunica el cuerpo con la vagina (o canal del parto) y es el objeto de la enfermedad en cuestión.
El diagnóstico del cáncer o las lesiones premalignas se establece mediante el estudio de una biopsia de tejido enfermo, la cual la toma el ginecólogo mediante un procedimiento denominado colposcopia. La biopsia se envía para su análisis a la unidad de patología y, una vez confirmado el diagnóstico de LIE de alto grado, la conducta adecuada, de acuerdo a la literatura médica y a las guías del Ministerio, es hacer un procedimiento llamado conización cervical, que consiste en retirar un fragmento de cuello uterino que contiene la lesión, con márgenes de seguridad suficientes para garantizar que no quede enfermedad residual en el cérvix. En este caso la paciente se considera tratada, conserva la capacidad para tener hijos, e ingresa al programa de seguimiento.
En algunos casos la lesión en el cuello es muy extensa o el resultado de la conización confirma la presencia de invasión temprana por el tejido tumoral (cáncer tempranamente infiltrante); en este caso, la paciente puede requerir un procedimiento complementario para retirar el útero (o matríz) denominado histerectomía, lo que la imposibilita para tener hijos. En casos seleccionados, pacientes con tumores tempranos y con deseo de fertilidad no satisfecho pueden ser candidatas a cirugías conservadoras como la traquelectomía, pero deben cumplir unos criterios muy estrictos y someterse a seguimientos exhaustivos. El cáncer invasivo se clasifica en estadíos, del I al IV; los estadíos tardíos (tumores avanzados y/o con metástasis) requieren de manejo multidisciplinario, dado el grave compromiso de salud de la mujer y pueden causar su muerte.
En cualquier situación la mejor opción de la paciente será siempre la PREVENCIÓN y DETECCION TEMPRANA (mediante la VACUNACIÓN contra el VPH y los programas de tamización con la CITOLOGÍA CERVICOUTERINA y la PRUEBA DEL VIRUS DEL PAPILOMA), además de la CONFIRMACIÓN DIAGNOSTICA rápida (con colposcopia y biopsia) y , si lo requiere, MANEJO OPORTUNO con conización cervical.
Desarrollado por: – Federación Colombiana de Obstetricia y Ginecología (FECOLSOG) – Asociación Bogotana de Obstetricia y Ginecología (ASBOG) – Asociación Colombiana de Patología del Tracto Genital Inferior y Colposcopia (ACPTGI) – Asociación Colombiana de Patología (ASOCOLPAT) – Sociedad Latinoamericana de Patología (SLAP) – Asociación Colombiana de Ginecólogos Oncólogos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]